UNACH festeja sus 35 años de formar chiapanecos

Con muestras gastronómicas, juegos pirotécnicos, concierto de rock, bailes folklóricos, música de tríos y la develación del monumento que contendrá la cápsula del tiempo, se celebraron los 35 años de la Universidad Autónoma de Chiapas, al que asistieron Juan Sabines Guerrero gobernador de Chiapas y Ángel René Estrada Arévalo rector de la UNACH.

El acto más significativo, aparte de sellar la cápsula del tiempo en la que se depositaron documentos y objetos importantes para la escuela, según asistentes, fue cuando cantaron “las mañanitas” acompañados del trío compuesto por personal perteneciente a esta casa de estudios.

Al festejo asistieron alumnos, docentes y personal administrativo en general, que se aglomeraron a las afueras de la facultad de arquitectura, el pasado 17 de abril, donde se llevó a cabo la conmemoración del trigésimo quinto aniversario de la máxima casa de estudios en Chiapas.

La banda de rock “Ventilator”, proveniente del estado de México, fue la encargada de cerrar el homenaje hecho a la UNACH, con canciones que causaron furor a su auditorio.

Rápidos e imprudentes

La imprudencia y el exceso de velocidad, fueron las causas por las que un colectivero y un motociclista vendedor de tortillas, se impactaran esta mañana en el fraccionamiento Las Águilas de esta ciudad.

Los hechos se suscitaron alrededor de las 8:40 de la mañana, cuando un motociclista circulaba por la calle Águila Real a exceso de velocidad, no se percató de que un colectivo doblaba la esquina por lo que se produjo el accidente.

El colectivo perteneciente a la ruta 49 con número de placas 381-593 B conducido por Jorge de la Cruz Santos, de 31 años de edad, se dirigía hacia la calle antes mencionada, el conductor no tuvo precaución al dar la vuelta en esa esquina porque se confió en que es una calle poco transitada pero alcanzó a "frenar de golpe" afirmó el trasportista, quien al igual que el motociclista resultó ileso del percance.

Al lugar arribaron minutos más tarde elementos de la policía de Seguridad Pública Municipal y Tránsito Municipal para levantar el acta, realizar labores periciales y deslindar responsabilidades, para posteriormente trasladar las unidades al “corralón”.

Albañiles peleoneros

Con moretones y sangre que escurría de su rostro, terminó la cara de Manuel Gómez López alias “la matraca” de 38 años de edad, después de iniciar una riña con sus compañeros albañiles, al estar ingeriendo bebidas alcohólicas.

El hecho se suscitó en la colonia Emiliano Zapata de ésta ciudad, el pasado viernes alrededor de las 10:15 de la noche, tras haber tomado unas “chelas” a un lado del depósito de bebidas embriagantes.

La pelea inició cuando uno de los compañeros de la víctima hizo un reclamo a éste por no querer invitarles otra cerveza, por lo que comenzaron a agredirse verbalmente.

Después de golpearlo y dejarlo tirado sobre la banqueta, los compañeros de “la matraca”, huyeron del lugar para evitar ser detenidos por oficiales de la policía municipal, que llegó minutos después para restablecer el orden en la vía pública.

Agua de vida

Son las seis de la mañana del día domingo, aún se escucha el cantar de los gallos para anunciar que un nuevo día ha comenzado. El andar de don Raúl Hernández se mira tembloroso, presuroso por comprar “el agua de vida” como él lo dice.

“Capi, véndeme una botellita, que la cruda me está matando”
Su voz es aguardentosa como la sensación que provoca el destilado de caña que tanto gusta beber don Raúl, su rostro muestra desesperación por probar el alcohol.

El reloj sigue avanzando, al marcar las 8 de la mañana, las puertas de la licorería se abren y don Raúl entra a comprar su tan preciada “agua”, inmediatamente después abre la botella y al fin la bebe, sin imaginar que al ingerir cada gota su vida se agota.

Son cerca de las 12:30 del día y en su estómago Raúl no tiene más que el licor que expide su aliento al hablar, y aunque el hambre por la ayuna le provoque dolores de estomacales, acompañado de una gastritis, no tiene más que hacer que seguir bebiendo para “olvidar las penas”.

Pasan las siete de la noche. Después de soportar lo fresco del clima durante todo el día y estar totalmente embriagado, queda tirado como un mendigo sucio y enfermo sin amigos ni familiares, sólo lo acompaña “Solovino” un perro flaco y sarnoso, a juzgar por su aspecto.

El caso de don Raúl Hernández se suma al 85.9 por ciento de alcohólicos que padecen esta enfermedad en México, según un estudio reciente publicado por Plos Medicine, asociación dedicada a la publicación libre de textos científicos, por lo que México llega a ocupar un tercer lugar en el consumo de alcohol. Siendo afectada mayormente los jóvenes mexicanos.

Muy a pesar de esta cifra, para don Raúl no hay más vida que el alcohol, por lo que dice “sin mi traguito no puedo vivir, porque no me queda más que él para hacerme compañía”.